(...) El análisis sumario de estas notas nos lleva de nuevo a la contradicción aparente que señalamos al principio: la Ciudad se extiende a expensas del espacio natural de su entorno, en tanto que sus habitantes, cada día más, sienten la necesidad de su mantenimiento, de su ordenación y de su mejora.
Y digo aparente porque en realidad tal contradicción es el fruto de una idea anacrónica que debe desaparecer, la de la ciudad considerada como una inmensa célula que rodea con su propio protoplasma los espacios verdes para devorarlos, o se extiende, como la lepra, destrozando incansablemente los tejidos junto a la llaga.
Pero ciertamente la dificultad mayor de toda reordenación es vencer la inercia de las ideas establecidas.
Imaginar es casi resolver los problemas.
Javier Carvajal, Ciudad y Naturaleza, 1970
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